Problemas más comunes en fachadas

La fachada es la encargada de proteger el edificio. En este artículo te contamos los principales problemas y daños que se dan de forma más habitual en las fachadas y su solución. También te explicamos los niveles de riesgo según los daños que aparecen en la fachada y cuándo debes de consultar con un especialista para que evalúe los daños y los repare.

La fachada y la cubierta de un edificio actúan de forma similar a la «piel» para las personas. La fachada envuelve y protege al edificio de los agentes externos y ayuda a regular la temperatura del interior de la vivienda.

La exposición continua a factores externos como los rayos solares, la lluvia, el viento o la polución y otras causas, como deficiencias en la construcción, provocan daños en la fachada que deben ser reparados lo antes posible para un correcto mantenimiento del edificio.

En la mayoría de las ocasiones las lesiones que se producen en la fachada son visibles para cualquier persona, sin embargo, muchas veces los habitantes de la vivienda se acostumbran a ver este tipo de problemas sin darle demasiada importancia (pequeñas grietas, humedades, etc.). Ante estas circunstancias es muy importante saber que un pequeño desperfecto puede convertirse en un problema grave, y mucho más costoso de solucionar, si no se repara a tiempo.

Problemas y daños más habituales en las fachadas.

A continuación te detallamos los daños que de forma más frecuente nos encontramos en las fachadas de edificios.

1. Suciedad.

En las fachadas, especialmente en las ciudades, suelen aparecer manchas debido a la polución y otros factores como zonas de bajada de agua desde los tejados o las cubiertas. Estas manchas, aunque no suponen un daño en sí para la estructura del edificio, son un problema estético y poco deseable.

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Fachada con manchas de suciedad.

 

2. Presencia de Microorganismos.

El moho, los hongos, líquenes y algas aparecen sobre la fachada cuando hay algún problema de humedad. Las condiciones meteorológicas y la orientación de la fachada a norte u oeste, propician la formación de estos parásitos. Estos microorganismos van degradando el revestimiento de la fachada, por ello es importante eliminarlos por completo antes de resolver el problema de humedad que ha provocado su aparición.

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Presencia de microorganismos (moho) en fachada.

 

3. Grietas y fisuras.

Las grietas afectan a la estructura del edificio, suelen ser el síntoma de una deficiencia en la construcción o de un movimiento sísmico. Cuando aparecen grietas en la vivienda es necesario consultar con técnicos especialistas, pues pueden derivar en un problema grave de seguridad en el edificio. Las fisuras sin embargo, se producen en la parte más superficial, afectando únicamente al revestimiento.

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Grieta en parte superior de fachada.

 

4. Humedades por filtración y capilaridad.

Las humedades por filtración se producen por presencia de grietas o por la utilización de materiales de mala calidad en cubiertas, azoteas, fachadas, etc. Allí donde hay una grieta o el material no tiene una buena impermeabilidad, el agua de la lluvia se puede filtrar provocando humedades que pueden afectar tanto al interior como al exterior de la vivienda.

La humedad por capilaridad se produce cuando se absorbe la humedad del suelo por el material de la fachada, provocando daños que pueden ser visibles tanto en el exterior como en el interior. Este tipo de humedades favorece, además, la aparición de microorganismos (hongos, líquenes, moho…) y de malos olores en la vivienda (olor a humedad).

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Humedad por filtración (el agua se ha filtrado a través del material agrietado).

 

5. Desgaste por envejecimiento de la pintura.

La pintura exterior al estar expuesta a las condiciones climáticas y con el paso del tiempo se desgasta. Dependiendo del tipo de pintura y su composición, el desgaste es diferente. Dándose casos en los que la pintura al dilatarse se fragmenta formando pequeñas grietas, en otras ocasiones la pintura va perdiendo espesor poco a poco por la erosión.

Una forma de desgaste muy común es el denominado «caleo», éste se produce por la pérdida de ciertos componentes en la pintura que provoca que los pigmentos de la misma queden sueltos. De tal forma que al rozar la pared con la mano, por ejemplo, los restos de pigmentos quedan adheridos a la piel (de forma similar a lo que ocurre cuando tocas una tiza).

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Pigmentación de la mano por envejecimiento de la pintura, «caleo».

 

6. Desconchones (pérdida del revestimiento).

Se trata de fragmentos de revestimiento que se desprenden de la fachada. Normalmente se deben a causa de huecos o grietas en el revestimiento que junto con los cambios de temperatura y el agua de lluvia, producen el deterioro del material, que pierde adherencia y finalmente se desprende.

En este tipo de casos, los especialistas deben evaluar los daños para determinar si es necesario eliminar por completo el revestimiento antes de aplicar uno nuevo o, si por el contrario, se pueden reparar los huecos sin necesidad de eliminar todo el revestimiento de alrededor.

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Fachada que presenta numerosos desconchones por desprendimiento del revestimiento.

 

Soluciones: Reparaciones y rehabilitación de fachada.

Dependiendo de las patologías que nos encontremos en la fachada y de su gravedad, aplicaremos unas soluciones u otras.

Si se lleva a cabo un correcto mantenimiento del edificio y se actúa rápido ante la apariencia de los primeros síntomas, las reparaciones a efectuar suelen ser sencillas y poco costosas. Para mantener en buen estado nuestra fachada, en la mayoría de los casos, basta con realizar labores de hidrolimpieza con agua a presión y pintar con productos de buena calidad, cada 4 ó 5 años.

Ante la aparición de grietas, fisuras, humedades o desconchones, debemos llamar a profesionales para que evalúen la gravedad de los daños y determinen los trabajos de impermeabilización, reparación o de rehabilitación que son necesarios.

En muchas ocasiones pasamos por alto los desperfectos de nuestra fachada sin pensar que una reparación a tiempo puede evitar problemas mayores. Además, siempre será mucho más económica una reparación puntual que una rehabilitación profunda. La dejadez y el abandono de los edificios es un riesgo no solo para sus habitantes, sino para las personas que puedan circular alrededor del mismo a causa de desprendimientos de materiales y otros accidentes.

 

Niveles de riesgo según las patologías de la fachada.

Existen 3 niveles o grados de riesgo a la hora de clasificar los daños presentes en una fachada.

Primer grado: Se trata de daños estéticos que no suponen ningún peligro para los habitantes del edificio y que se pueden solventar fácilmente con un trabajo de mantenimiento.

Segundo grado: Se aplica cuando los daños afectan a la funcionalidad y salubridad del edificio, aunque no afectan a la estabilidad de la estructura del mismo. En estos casos se deben realizar labores de reparación y rehabilitación de la fachada.

Tercer grado: Se da cuando los daños afectan a la estructura del edificio y ponen en riesgo la estabilidad del mismo. En este caso existe un peligro inminente para las personas que habitan el edificio y se debe realizar una rehabilitación urgente del edificio.

Para determinar el nivel de riesgo según los daños de la fachada, se realiza un estudio técnico que debe ser elaborado por profesionales especializados.

 

¿Cómo actuar ante grietas y otros daños en la fachada?

Tanto si tu fachada presenta pequeños desperfectos, como si sospechas que tu edificio se encuentra en riesgo, puedes contactar con nosotros para evaluar los daños, realizar los estudios necesarios y/o realizar los trabajos de reparación y rehabilitación de fachadas. Te asesoraremos y te daremos presupuesto rápidamente y sin compromiso.

Somos especialistas en la rehabilitación de edificios desde hace más de 40 años. Si quieres más información sobre nuestros trabajos o quieres hacernos alguna consulta, contacta con nosotros aquí.

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